Voces La Tercera / 12 Diciembre 2017
Desde 1981 tenemos un sistema de pensiones por capitalización individual, el cual rompió con la lógica del financiamiento por reparto solidario, pasando a uno de orden individual y gestionado por sociedades anónimas (AFP). Fue esa la forma que los militares y su equipo económico aplicaron para enfrentar las diversas y graves dificultades que afectaban al sistema vigente a esa fecha: que requería reformas profundas, requeridas desde fines de los años ´50 y que llevó a reclamar al Presidente Frei M. en su último mensaje al Congreso (1969), por la falta de apoyo para efectuar los cambios.
El modelo de capitalización individual, ya con 37 años, aún no está en aplicación definitiva y única. Sirva este dato para dar cuenta que los cambios en esta materia, siendo necesarios, requieren cuidado y tiempo por los efectos que en el bienestar de las personas y del país pueden generar una inadecuada evaluación de las modificaciones necesarias.
Algunas características de la capitalización individual, y que están a la base de sus fallas y deslegitimidad:
- Frente a la cotización de alrededor de 17% (mayoritariamente del empleador) pasó a uno de un 10% del trabajador exclusivamente, más comisión (sobre un 13% total por más de dos décadas).
- La edad de pensión se uniformó para los hombres en 65 años y para la mujer en 60 años.
- La subsidiaridad del Estado se acentúo en gestión y administración: los privados lo harían mejor.
- El Estado se hace cargo de financiar los déficits y toda la transición (aun no cerrada) con altos costos fiscales.
- El principio de la libertad de opción de los afiliados -desinformados o poco formados en temas financieros- es una de las reglas del modelo y lleva a las personas adoptar malas decisiones o sugeridas por terceros que no siempre están orientadas a apoyarlo.
- Competencia poco regulada en el primer tiempo de vigencia.
- Rol de las AFP centradas sólo en rentabilidad, muy importante, pero descuidando la cercanía con las personas y sus necesidades en esta materia.
A poco andar el modelo empieza a experimentar cambios. Destacándose entre otros:
- Trabajadores que efectúan labores pesadas (mineras, subterráneas nocturnas, etc.), deberían pensionarse antes, para ello se debe sobre cotizar y adelantar la edad: se establece cotización del empleador y trabajador (1996).
- Multifondos (2002), se diversifican las inversiones para asegurar mayores rentabilidades y no exponer a los mayores a excesivos riesgos con sus cotizaciones en el esquema de la capitalización.
- Restricciones a las pensiones anticipadas (2008), ya que las necesidades de las personas los llevaban a solicitarlas a edad temprana, arriesgando quedarse sin pensión o con una muy baja con el transcurso de los años.
- Transferir al empleador el pago del seguro de invalidez y sobrevivencia (2008), con lo cual se disminuye los costos de los trabajadores en este sistema.
- Mejoras a la forma de determinar la invalidez para acceder a pensión, varios cambios se han efectuado a objeto que la invalidez y su declaración sea efectiva, más oportuna y con mejores condiciones de acceso (1990 y 2008).
- Creación del pilar solidario (la más importante reforma), con pensión de alivio a la pobreza para adultos mayores sin pensión y un aporte para mejorar el monto de la mayoría.
Todos estos cambios se efectuaron con grandes acuerdos, dado el quorum calificado requerido, en un Congreso generado binominalmente.
La tendencia a nivel comparado es la instauración de sistemas de pilares: a) el Estado se hace cargo del alivio a la pobreza en la vejez para quienes no alcanzan pensión; b) un sistema contributivo, en base a aportes de trabajadores y empleadores, de carácter obligatorio y colectivo; c) capitalización complementaria a los sistemas generales contributivos, vía ahorros personales y empresariales.
Decir, que muchos de los sistemas que pasaron de reparto a capitalización (1990- 2000) evolucionaron a mecanismos mixtos: pocos han vuelto al reparto puro.
No procede atrincherarse en un solo esquema hay que buscar alternativas, viables conforme la experiencia internacional y la tradición nacional, no es posible copiar, interrumpir o romper con lo existente a raja tabla, los cambios en pensiones son graduales y deben respetar los derechos de los que están por pensionarse.
Hugo Cifuentes Lillo
Profesor de Derecho de la Seguridad Social